EXISTENCIA
AUTÉNTICA
La
aceptación de la responsabilidad ante el mundo es la clave
para entender el problema de la libertad. A medida que nos
desarrollamos biológica y psicológicamente adquirimos una
mayor autonomía. Pero esta mayor autonomía nos expulsa
del círculo protector de nuestra infancia. Desde el nacimiento
seguimos un proceso continuo que nos separa de nuestro origen. Cuando
nacemos no tenemos libertad de movimientos ni autonomía, no
somos capaces de alimentarnos, limpiarnos o protegernos. Somos hijas e
hijos nada más, nuestra identidad se confunde con la de la
familia y ella responde por nosotros, nos cuida y nos protege.
Cuando
crecemos,
conquistamos, paso a paso, nuestra autonomía: aprendemos a
andar, a comer, lo que es peligroso para nosotros, lo que nos conviene
hacer; aprendemos a tomar decisiones y se nos pide rendir cuentas por
las consecuencias de las mismas; adquirimos una identidad personal
independiente de la de nuestra familia. En esta conquista se produce un
doble proceso: disminuye nuestra dependencia y aumenta nuestra soledad.
Al
aumentar
nuestras capacidades personales, dejamos de sentirnos una parte
indivisible del grupo. Esta conciencia de ser individuos separados de
los demás, responsables ante ellos de nuestros actos y nuestra
supervivencia, podemos sentirla como fuerza e independencia, pero
también puede causarnos miedo e inseguridad. La
obligación de tomar decisiones, la posibilidad de ser juzgado
por ellas como sujeto de plena responsabilidad, puede llegar a ser
aterradora para algunos individuos.
ACTIVIDAD 1:
Analiza desde lo que acabas de leer las siguientes expresiones: "es lo
normal", "todo el mundo lo hace", "yo no tengo por qué ser
diferente".
La
respuesta a
este sentimiento doble de independencia y soledad, de responsabilidad y
de miedo, varía de un individuo a otro. El individuo puede
aceptar su independencia, su autonomía y, en consecuencia, su
responsabilidad, y construir su propio modo de vida. Desde esta
independencia, el individuo se dará cuenta de que necesita a los
demás y de que se tiene que relacionar de un modo u otro con el
mundo. Para satisfacer esta necesidad podrá tender puentes,
crear relaciones con los demás individuos, tomando como base de
las mismas la autonomía y la responsabilidad. Esta
reacción ha sido calificada por algunos filósofos como
existencia auténtica, ya
que es la que corresponde mejor al modo
de existir humano: estamos obligados a elegir un modo u otro de
actuación, es decir, somos libres, en cierto sentido, queramos o
no. Somos, también, responsables de nuestras elecciones queramos
o no, y estas elecciones construyen nuestra identidad paso a paso.
ACTIVIDAD 2:
Discute con tu grupo qué es lo fundamental para que podamos
hablar de existencia auténtica. Podéis basaros en la
consideración de varios ejemplos: ¿es auténtica la
vida de una persona tradicional que ha escogido serlo?, ¿es
auténtica la existencia de un miembro de una banda que se ha
unido a la misma para estar integrado en un grupo?, ¿es
auténtica la vida de una persona que decide cambiar de ciudad y
de trabajo para librarse de un ambiente social que no le gusta?...
Anota tus conclusiones para ponerlas en común con la clase
entera.
Pero el
individuo puede negar su autonomía para intentar enfrentarse al
miedo y la soledad. Como la visión del mundo -los demás,
la sociedad, la naturaleza- como algo separado de nosotros, grande y
poderoso, produce desamparo y soledad, algunos individuos intentan
recuperar los vínculos de dependencia que antes los
protegían. Pero los vínculos familiares con los
niños no se pueden reproducir entre el mundo y los individuos
adultos. Se construyen entonces relaciones que sustituyan a estos
vínculos, en las que destaca la dependencia de realidades
externas al individuo y el intento de escapar de la responsabilidad que
supone la libertad. El sometimiento acrítico de un adulto a
cualquier tipo de autoridad, la integración en un partido
totalitario o una secta, la explicación de nuestra conducta y el
desarrollo de nuestra vida por medio de supersticiones, magia o
predestinación, el refugio en las drogas o el alcohol, la
despreocupación por el mundo que nos rodea, son síntomas
de este tipo de dependencia. Esta reacción ha sido calificada
como existencia inauténtica,
mala conciencia o, simplemente,
miedo a la libertad.
ACTIVIDAD 3:
Analiza,
junto
con tu grupo de trabajo, algún fenómeno social o momento
histórico en el que se de el miedo a la libertad (por ejemplo:
el apoyo de los trabajadores alemanes al partido nazi, el consumismo,
la evasión por las drogas o el alcohol).
Carlos
Portillo
Fernández.
Última revisión: marzo de 2005